En nuestra sociedad es fundamental el aprovechamiento de la energía solar. El vidrio por sus características nos permite incorporarlas, conducirlas y aprovecharlas en múltiples facetas.
La multiplicidad de prestaciones de este material está marcada por dos campos, el ámbito visual (LUZ) y el ámbito térmico (ENERGIA).
El vidrio tiene características singulares que es importante conocer a la hora de diseñar.
Cuando la LUZ solar incide sobre un vidrio, una parte de la misma es pasa directamente hacia el interior, otra parte es reflectada y otra es absorbida por el propio vidrio.
Cuando la radiación solar (ENERGÍA) incide sobre un vidrio, una parte de la misma es reflejada hacia el exterior, otra parte pasa directamente hacia el interior y la restante es absorbida por la masa del vidrio, de la cual dos terceras partes son irradiadas hacia el exterior y el tercio restante pasa hacia el interior. Dicha transmisión de calor solar varía con el espesor, color y revestimiento reflectivo del vidrio, etc.
Se ha representado gráficamente lo indicado en el siguiente diagrama:
El vidrio flotado incoloro permite el pasaje de casi la totalidad del calor solar radiante. Los vidrios coloreados / tintados – Gris, Bronce y Verde -, en la mayoría de los casos, permiten un buen grado de control de la radiación solar.
Para ser eficaz en verano, la protección solar debe tener entre el 80% y el 85% de la energía solar transportada por las radiaciones solares (factor solar comprendido entre el 15% y el 20%), conviene señalar que una ventana de 1 x 1,50 metros puede comportarse como un radiador de 1 Kw.
Para el control solar, se pueden utilizar protecciones móviles (lamas, isoroll etc…) o fijas (vidrios coloreados, laminas de protección agujereadas con efecto sombra, etc.).
Por tanto, es muy importante conocer las denominaciones que un cristal puede tener tanto en TRANSPARENCIA, PASO ENERGÍA TOTAL.
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