Un cerramiento horizontal separa generalmente dos ambientes que se encuentran a temperaturas diferentes. Se produce por tanto, como en el caso de cualquier pared, una transferencia de calor desde un ambiente cálido a un ambiente frío.
El aire contiene humedad y si se somete a un proceso de enfriamiento. Llegará un momento en que la temperatura del aire será tan baja que no será capaz de mantener en su estructura el vapor de agua que contiene, produciéndose la condensación.
Principalmente la formación de condensación depende de:
- Valor de geometría del edificio y renovación del aire del local,
- Temperatura superficial interna del cerramiento (aproximadamente unos 4º superiores a temperatura interior del local)
- Temperatura exterior
- Humedad del aire interior
- Valor de transferencia térmica total del cerramiento
El CTE, en sus Documentos Básicos de “Salubridad” HS y “Ahorro de energía” HE, limita y determina una serie de prestaciones del edificio implicadas en su comportamiento higrotérmico que están íntimamente relacionadas entre si: producción de condensaciones y grado de ventilación. Con más motivo, cuando se precisa un control de temperatura y evacuación de humos, tanto en edificios, como en naves industriales, conviene plantease si se producirán condensaciones superficiales, para unas condiciones ambientales de cálculo dadas.
Como hemos visto, las condensaciones se producen en los puntos fríos, y para evitarlas hay que tomar medidas que minimicen el riesgo: aumento del espesor de aislamiento, carpinterías de cerramiento sin puente térmico, dobles cristales con cámara de aire, etc.
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