Tanto los rociadores como las boquillas son componentes de los sistemas de extinción automáticos de incendio. Como norma general diremos que los rociadores son componentes de los sistemas húmedos en los que la red de tubería está llena de agua y las boquillas son componentes de los sistemas secos en los que la red de tubería está vacía / seca.
Aunque existen sistemas mixtos en los que rociadores automáticos se emplean en redes de tubería seca.
Realmente un rociador automático dispone de un fusible o ampolla que a cierta temperatura funde / rompe , provocando la despresurización de la red de tubería húmeda cargada con agua presurizada a baja presión, actuándose de esta forma el sistema de protección contraincendios. Únicamente se descargaría el agua a través de los rociadores en los que este fusible ha fundido o la ampolla ha roto y no la totalidad de los rociadores que componen la red.
Los fusibles y ampollas de los rociadores pueden ser de diferentes temperaturas de actuación existiendo en el mercado de 68ºC, 93ºC, 141 ºC, etc , los cuales están diferenciados y definidos por normativa con unos colores concretos.
En función de la temperatura estimada en ambiente se escoge la temperatura a la que actuará el rociador, por ello para el correcto diseño del sistema es básico conocer la temperatura habitual en el riesgo y evitar de esta forma falsas actuaciones del sistema por elevadas temperaturas que en algunos casos pueden ser derivados de los propios procesos de producción o aumentos de temperatura en salas de calderas, etc.
Las boquillas en cambio no disponen de elemento térmico de actuación. Son elementos de descarga con un orificio totalmente abierto por el que se descarga el agua para la extinción. La activación del sistema de extinción automática de incendios, generalmente a través de la detección automática, implica la descarga de agua a través de la totalidad de las boquillas que componen el sistema, el cual comúnmente se denomina sistema de diluvio.
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