Muchos centros comerciales, aeropuertos, grandes atrios, tienen cubiertas formadas por preciosas estructuras de cristal (lucernarios con o sin exutorios) ideadas para ofrecer un gran aporte de luz natural, que además evitan la sensación de espacio cerrado.
Seguramente, en muchas ocasiones, se os hayais fijado que en estas fabulosas construcciones existen elementos que distorsionan la armonía del conjunto, como por ejemplo la suciedad acumulada en los cristales (ver la siguiente foto).
Hay muchos tipos de estructuras de este tipo donde es muy difícil y costoso poder acceder a la limpieza de los cristales. En este tipo de situaciones es recomendable usar un cristal autolimpiante (como el SGG BIOCLEN de Prefire Lamilux por ejemplo, utilizable en todos los productos de arquitectura del vidrio).
Estos vidrios están formados por un cristal flotado recubierto de un lado con una capa fotocatalítica e hidrófila que le dan unas características iguales a las de un cristal convencional. Este sistema aprovecha el efecto de los rayos Ultravioleta (UV) capaz de destruir la materia orgánica y el efecto mecánico del agua para eliminar la suciedad orgánica del lado del cristal expuesto a la intemperie: por ejemplo, polvo, excrementos de aves o sustancias en suspensión.
De esta forma:
- Se elimina la suciedad más fácilmente
- Los costes de limpieza del cristal se reducen notablemente
- Cuando llueve, se mantiene la visión nítida a través del cristal
- Protección del medioambiente con la disminución del consumo de detergentes / limpiadores.
El efecto autolimpiante dependerá del tipo y la cantidad de suciedad, de la radiación solar y la cantidad de lluvia, y del ángulo de inclinación de los cristales.
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